Si la semana pasada conocíamos el caso de un pederasta que había estado trabajando en un entorno donde había menores de edad, ayer nos sorprendió y devastó la noticia de una profesora de la Escuela Infantil José Zorrilla acusada por los padres de los menores, de 3 y 4 años, de ser vejados en sus clases.

Desde Podemos Xixón, queremos manifestar nuestra absoluta condena a los malos tratos a los menores por parte de esta profesora y nuestra solidaridad con ellos y sus familias. Nos preocupa especialmente la inacción por parte de las instituciones que, entendemos, deberían haber actuado con mucha más celeridad en este caso. No podemos permitir que las personas más vulnerables pasen por situaciones de este tipo en ningún caso. Consideramos que una de las razones para la falta de dicha celeridad es la necesidad que tiene la escuela pública de contar con más personal, pues en el caso que nos ocupa no hubo testificación alguna hasta que una profesora en prácticas puso en evidencia lo que estaba sucediendo en el colegio.

La semana pasada se aprobó en el Congreso de los Diputados, impulsada por el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y defendida en Tribuna por la actual Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, la ley orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia.

Esta ley, que contó con el trabajo de numerosas organizaciones defensoras de los derechos de la infancia, supone un cambio de paradigma igual que lo hizo la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004.

Esperamos que el marco que nos da la legislación hoy en día que, además, da al testimonio de los menores de 14 años un valor que antes no tenía, pues ahora ya no entra en consideración su madurez como sucedía hasta el momento, sirva para que las situaciones como las que han vivido los menores en esta escuela pública no vuelvan a suceder.

En palabras de Alejandra Tejón «La escuela pública tiene que ser ejemplar. Esperamos que el peso de la ley caiga sobre la responsable y que se pongan en marcha todos los mecanismos necesarios para que nuestros pequeños no pasen jamás por un situación similar. La violencia contra las personas vulnerables no tiene cabida en nuestra sociedad. Y las instituciones públicas tienen que ser absolutamente beligerantes con este tipo de conductas. No caben excusas burocráticas. Es imprescindible que se depure hasta la última responsabilidad y para ello es fundamental transparencia en la Inspección.».